El cerebro humano es muy sensible a los cambios climáticos. Mientras que en invierno aumentan los sentimientos melancólicos y la tristeza, en verano estamos más alegres y vitales. Aunque el verano es una época maravillosa, no todas las consecuencias son positivas.
Pese a que el aumento de horas de luz mejora el funcionamiento de nuestro cerebro, el incremento de las temperaturas lo dificulta. Además, las vacaciones pueden descuadrar nuestros ritmos y horarios.
Sigue leyendo para descubrir qué cambios se producen en nuestro cerebro durante esta época del año.
El calor
El hipotálamo es la parte del cerebro encargada de funciones como la regulación del hambre, las emociones y la temperatura corporal. Para funcionar de manera óptima, la temperatura de nuestro cuerpo debe oscilar entre los 36 y 37 grados. Para conseguir esto cuando hace mucho calor, el hipotálamo tiene que hacer un esfuerzo extra.
Este esfuerzo extra hace que nuestro cerebro desatienda otras funciones, lo que se traduce en un pensamiento más lento, empeoramiento de la concentración, cansancio y apatía.
A esto hay que añadir la dificultad para el descanso. La temperatura ideal para dormir son 21ºC, por lo que el calor pueden dificultar conciliar el sueño. Esta falta de descanso puede acarrear mal humor y un peor estado de ánimo.
Las vacaciones
Las vacaciones pueden ser muy beneficiosas para el cerebro y el verano es una época especialmente buena para tomarlas debido a la dificultad de concentración y bajada del rendimiento que hemos explicado anteriormente. Durante este período de descanso, nos evadimos de la rutina y nos relajamos, lo que provoca que se reduzcan los niveles de ansiedad y estrés. Además, favorece la creatividad, la productividad, las relaciones interpersonales y el sueño.
Aunque estos efectos desaparecen al poco tiempo de volver a la rutina, todo indica que tomar unas vacaciones tiene efectos positivos a largo plazo.
Sin embargo, es cierto que el cambio de horarios y la salida de la rutina puede hacer que la vuelta se haga cuesta arriba. Por ello, es recomendable intentar no modificar demasiado la hora de levantarse y acostarse ni la de las comidas.
Intenta mantener un cierto horario durante tus vacaciones, sé flexible y aprovéchalas al máximo para cargar las pilas.
Horas de luz
El aumento de las horas de luz hace que nuestro cerebro produzca más serotonina, lo que hace que nos sintamos más alegres y activos.
Además, el verano invita a disfrutar más del ocio y pasar más tiempo fuera de casa, lo que contribuye a la felicidad y el buen humor.
Aunque el incremento de las horas de luz es beneficioso para la mayoría de personas, en algunos casos puede ser negativo. Quienes sufren cuadros maníacos o un trastorno bipolar pueden empeorar durante esta época. La sobreexcitación provocada por el aumento de las horas de luz puede disparar las conductas impulsivas, agresivas o temerarias.
Ahora ya sabes las consecuencias que puede tener el verano en tu cerebro. No olvides cuáles son y tenlas en cuenta para pasar un verano inolvidable.